En entrevista el padre Filiberto Velázquez, conocido como padre “Fili”, nos comentó sobre las complicaciones que se han vivido en su estado Guerrero con la presencia del crimen organizado, la violencia, masacres, extorsiones y la devastación que ocasionó el huracán Otis.
Destacó que gracias al trabajo de los obispos y sacerdotes en la región se ha detenido un poco la violencia en el Estado, por lo que hizo un llamado a las autoridades a verlos como aliados y no como enemigos.
Pues aseguró que pese a las críticas por sus reuniones con líderes criminales, ellos seguirán realizando acciones para lograr la pacificación y la reconstrucción del tejido social.
El padre Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos Humanos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello” en Guerrero, habló en entrevista sobre los acercamientos que han tenido obispos y sacerdotes con líderes del crimen organizado, abriendo canales de comunicación para que estos grupos dejaran las armas.
Destacó que gracias a esta labor intensa y propositiva de la Iglesia para buscar la pacificación se han logrado días de tranquilidad en la región.
“Entonces pues ahorita llevamos ya 15 a 20 días en una calma y tranquilidad, aunque no lo es todo, necesitamos una paz permanente, perdurable que implica mucho tiempo de trabajo, que desde las bases desde las iglesias y el gobierno debe apoyar en esa parte”, comentó.
El padre que lleva años realizando un trabajo pastoral en Guerrero nos contó que fue a inicios de año cuando los obispos decidieron buscar y reunirse con estas personas para tratar de detener la ola de violencia que se vivía en algunas regiones, ya que se documentaron masacres que habían dejado decenas de muertos.
“En enero los obispos en conjunto, que ésta sería la cuestión inédita, le piden a estos grupos que lleguen a un acuerdo; a veces se piensa que podemos por nuestro estatus religioso solucionar las cosas y no fue sencillo… pero el resultado que hubo ahora, pues tuvo mucho que ver con los obispos, mi persona y el trabajo que se está haciendo en estos territorios, para influir en esta pacificación”, destacó.
Y aunque aseguró que estas reuniones para muchos fueron “un acto de valentía, un auténtico acto de un amor pastoral por el pueblo, por los comerciantes que sufren extorsión, por las familias de los asesinados, de los desaparecidos y por los pueblos desplazados”
Las autoridades no tomaron con buenos ojos estos encuentros, ya que la clase política sintió que los líderes religiosos lo habían hecho con un “sentido de dolo”, cosa que señaló el padre Fili, nunca fue así.
“Sabemos que la tienen difícil y quiero que sepan que no están solos en esta tarea y lo que se logra es un esfuerzo de la sociedad, donde todos tenemos que contribuir para lograr la pacificación”.
“Las autoridades no pueden vincularse con el crimen organizado pero si pueden brindar la cuerda a los obispos, a la Iglesia, a los sacerdotes, para que arreglen estas situaciones de una manera que no estigmaticemos está labor”
Por lo que pidió a las autoridades, ver a la Iglesia como aliados y no como enemigos, ya que los enemigos reales son otros.
Además comentó que la Iglesia tiene la libertad de “pastorear a los pecadores”, y es un trabajo que está en su esencia, ya que si no fuera así no habría pastoral penitenciaria “La diferencia es que unos están en la cárcel y otros no están en la cárcel”.
“Lo vamos a seguir haciendo y por más críticas o incriminaciones que pueda haber pues eso no nos va a parar y no abona”
¿Cómo se vive después de sufrir un atentado?
El padre Filiberto fue víctima de una atentado en octubre de 2023, cuando hombres armados atacaron a balazos su automóvil sobre la carretera Tixtla, Chilpancingo, por lo que al cuestionarlo sobre como llevaba la vida después de este ataque, comentó que ahora tiene que seguir unas fuertes medidas de seguridad y aprender a vivir de una nueva manera.
“Es como a alguien que le detectan cáncer, ahora tengo que aprender a vivir con esto, las medidas de protección que a veces son abrumadoras, pero así hay que hacerlo si queremos seguir sirviendo al pueblo de Dios”.
Comentó que debido a las diversas problemáticas que se han vivido en Guerrero, él ha tenido que seguir trabajando y poner a su pueblo por delante de sus necesidades, sin olvidar el auto cuidarse.
“El propio trabajo no me ha dejado, inmediatamente después de mi atentado vino el huracán Otis y Otis me puso a trabajar, me hizo levantarme de una manera metafórica, limpiarme las rodillas y seguir adelante”.
Finalmente envió un mensaje esperanza al pueblo de Guerrero, un estado que por mucho tiempo ha tenido dificultades climatológicas, como de malos gobiernos o de violencia.
“Siempre hemos tenido un pueblo que se ha repuesto y es un pueblo muy fervoroso en todas las regiones hay una fe muy grande. Entonces el mensaje es que esa fe siga sosteniéndonos en las dificultades. Guerrero está de pie, reconstruyéndose no solo física y materialmente, también hay una reconstrucción espiritual y la reconstrucción del tejido social. ¡Hay mucho trabajo que hacer!”
Esta entrevista se dio en el marco de La 6ª. edición de la Noche de los Testigos en México organizada por la Ayuda a la Iglesia Necesita (ACN). Una vigilia de oración, enmarcada con música y testimonios vivos de la Iglesia perseguida que trae consigo la fuerza de las historias de fe y valentía, como la del padre Filiberto Velázquez.