El paso de las manifestaciones del 8M por el Día de la Mujer en México dejó actos de vandalismo contra espacios públicos y privados, entre ellos iglesias católicas con pintas y diversos daños a lo largo del país. En Ciudad de México, manifestantes encendieron fogatas afuera de la Catedral Metropolitana y lanzaron diversos petardos al otro lado de las vallas que protegían el templo.
Medios de comunicación mexicanos dieron cuenta con fotos y videos de las agresiones contra los templos católicos.
Es el caso de Oaxaca, en el estado del mismo nombre, al sur del país, donde el muro instalado para proteger la Catedral fue derribado, y las paredes del templo fueron pintadas con lemas como «viva la lucha feminista», «pedófilos» y «violadores».
Similares hechos de violencia se produjeron en la Catedral de Durango. Una estatua de San Juan Pablo II, que se encuentra en el exterior del templo, también fue atacada por las violentas manifestantes.
Fieles católicos se congregaron para formar un cerco pacífico de protección en el exterior de la Catedral de Aguascalientes, portando pancartas con mensajes como «Mujer, Dios te ama», «Dios nunca falla» y «Mujer, naciste con un propósito divino».
Cercos pacíficos de católicos también se realizaron en otras ciudades como Monterrey y León, en un intento de contener la violencia de las feministas y evitar daños a los templos católicos.
En el caso de la Catedral de Puebla, tanto el muro exterior del templo como sus paredes vandalizadas por las feministas que marcharon por el 8M.
En Ciudad de México, donde las autoridades estiman que se manifestaron unas 180.000 personas, violentas feministas atacaron el cerco levantado por las autoridades para proteger la Catedral Metropolitana.
De acuerdo a la prensa local, desde el lado exterior del cerco, las manifestantes lanzaron “artefactos explosivos” a los policías y en dirección a la Catedral.
¿Por qué la violencia feminista contra las iglesias católicas en el 8M?
En diálogo con ACI Prensa, el P. Hugo Valdemar, que fue el director de Comunicaciones de la Arquidiócesis Primada de México por 15 años durante el gobierno pastoral del Cardenal Norberto Rivera, se refirió a las razones de la violencia feminista contra las iglesias católicas, con agresiones que son frecuentes durante sus manifestaciones.
Esta violencia, dijo, «sobre todo se debe a la defensa que la Iglesia hace de la vida desde la concepción hasta su fin natural, y de la condena al crimen abominable del aborto».
«Si las feministas creen y pugnan por el derecho al aborto, y la Iglesia se opone, entonces la ven como su enemiga y se convierte en un blanco de ataque y violencia», señaló.
«Pero no nos engañemos: al fondo no es un odio humano, feminista, sino es el odio de Satanás, que no soporta ni siquiera las cosas sagradas y busca su destrucción. Sin darse cuentas, estas pobres mujeres son el instrumento del odio del demonio».
¿Cómo deben responder los católicos a la violencia feminista?
El P. Valdemar dijo además que frente a la violencia «los católicos tenemos la responsabilidad de defender nuestra fe, no de responder actuando con el odio de las feministas, pero sí siendo firmes en la defensa de nuestros principios irrenunciables y de nuestros templos».
«Es preciso hacer ver que si ellas piden respeto, deben respetar a los demás y que la violencia contra las mujeres no se resuelve creando violencia, caos y destrucción», subrayó.
El sacerdote mexicano subrayó luego que los católicos «sobre todo debemos rezar por esas pobres mujeres, cegadas de odio y violencia, pedir por su conversión y su salvación».
Nota reproducida en Aciprensa