“Este abuso de poder, este poder mal entendido, esta autoridad que no es autoridad, sino más bien arbitrariedad y tiranía, son el preámbulo y el caldo de cultivo de temas tan lamentables y tan dolorosos como el abuso sexual«, explicó Juan Carlos Oviedo, psicólogo y secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Protección al Menor y Adultos Vulnerables (CONAPROME) de Costa Rica en el Congreso de prevención de abusos para la vida consagrada celebrado en febrero. Una reflexión sobre el abuso de poder en los entornos eclesiales.
Prevenir abusos en la vida consagrada
Respecto al abuso de poder y su relación con el abuso espiritual, Oviedo enfatizó que el primero se basa en la dominación, la coerción y el control, mientras que el segundo manipula la dimensión íntima de la fe y la relación con Dios. Ambos tipos de abuso “dañan la libertad, el crecimiento y la realización de la persona», agregó.
Además, Oviedo señaló las características que permiten identificar este tipo de situaciones: clericalismo fuerte, cultura del encubrimiento y del silenciamiento, manipulación de la conciencia, estructuras rígidas que no permiten la denuncia y un ambient e donde se debe “estar siempre de acuerdo con la autoridad”.
Adicional a la caracterización, este laico menciona la importancia de visibilizar una problemática que “hemos tenido con toda la vida consagrada y nos permite despertar a una realidad que hay que atacar. Un gran filósofo y promotor de la prevención, el filósofo chileno José Andrés Murillo, nos hablaba de una confianza lúcida, clara y transparente, no de una confianza ciega, donde no sabemos lo que está pasando”.
Hacia un liderazgo ético
Con respecto a ejercer el poder de manera ética, Oviedo mencionó que es fundamental entenderlo como un servicio y no como un beneficio personal. Se trata de seguir el ejemplo de Jesús de Nazaret al “ofrecerme y entregarme por los demás, ser claro y conciso y a veces hasta un poco fuerte, así como Jesús lo es en el Evangelio en temas que son necesarios, pero siempre desde la entrega, siempre desde la dignidad del otro”, añadió.
La ponencia de Oviedo en el congreso fue bien recibida por la audiencia. Hubo un gran interés por el tema y muchas preguntas sobre cómo prevenir el abuso y cómo actuar ante situaciones de abuso. También participaron profesionales que “hicieron aportes necesarios y fundamentales para la ponencia, también para acotar, aportar, hacerla todavía más clara. Al final dieron también sus perspectivas y opiniones”, comentó.
En definitiva, la conferencia de Juan Carlos Oviedo invitó a reflexionar sobre la importancia de la prevención del abuso en la Iglesia. La formación, la transparencia, el ejercicio ético del poder y la implementación de medidas de protección son pilares fundamentales para construir una Iglesia segura para todos.
Sobre su rol en CONAPROME, Oviedo explicó que desde 2019 se dedica a la prevención del abuso en la Iglesia costarricense. «La Comisión Nacional de Protección al Menor y Adultos Vulnerables ofrece formación y asesoría a laicos, religiosos, clero, familias y colegios», comentó. «También asesoramos a los obispos en temas de prevención y les brindamos información de las últimas notificaciones o novedades que la Santa Sede ha brindado y respecto a la temática de prevención de abuso», agregó. Asimismo, colaboran con las diócesis en la creación e implementación de protocolos de actuación ante casos de abuso.