Este viernes 10 de mayo, concluyó en Bogotá la reunión del consejo general y del equipo animador de la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red CLAMOR), que deja evidenciado cinco clamores del pueblo migratorio por los que señalan sus organizadores se debe responder con urgencia.
Esta asamblea se realizó en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) y participaron representantes de varios países de la Región que hacen parte de las comisiones de la Red Clamor. La reunión inició con un ejercicio de discernimiento donde se identificó y jerarquizó el sufrimiento que brota de la realidad y contexto migratorio en América Latina y el Caribe y al que Elvy Monzant, secretario ejecutivo de la Red Clamor, dice están llamados a responder de manera articulada como red.
“Tuvimos primero un ejercicio de discernimiento de la realidad, de priorizar, de jerarquizar tanto sufrimiento, tanto dolor, pero a la vez todos los signos de esperanza que están brotando en medio de las realidades de las personas de movilidad forzada, para poder orientar mejor las acciones de las organizaciones de la Iglesia, para acoger, proteger, promover e integrar a las personas en movilidad”.
Clamores que llaman a actuar
Con la angustia de ver la dolorosa realidad de los migrantes, pero con signos de esperanza, el ejecutivo de la Red Clamor, expuso a ADN el balance de la reunión, donde ahondó en exponer sobre los cinco clamores emanados o solicitados por el pueblo migrante a los miembros de la red.
Primer clamor. Visibilizar la realidad migrante en el continente. Explicó que son muchas las personas que salen huyendo de sus territorios buscando una mejor calidad de vida o un sueño que termina siendo una pesadilla y se encuentran con la muerte o una vida deteriorada, donde sus derechos son vulnerados y esto, aunque parezca doloroso hay que visibilizarlo.
Segundo clamor. Mayor foco de atención en los niños y niñas. Denunció que se están encontrando situaciones de altísima vulnerabilidad con este público, de violación a sus derechos. Pero aún más doloroso, advirtió de los niños que migran solos sin una persona que los acompañe, es allí donde indicó, está la red presente para acompañarlos en la casa del migrante de cada país donde llegan.
Tercer clamor. La trata de personas. A este respecto dijo que este flagelo doloroso sigue en un crecimiento exponencial en el continente, sobre todo la trata con fines de explotación sexual y prostitución, donde “convierten a la persona en una cosa, ponerle como si fuera un código de barras, ponerle un precio, ponerlo en el mercado es un crimen abominable.
Cuarto clamor. La xenofobia. Opinó que la sociedad ha ido etiquetándose con el tema de la xenofobia, donde consideran que todo migrante es un delincuente, que viene a quitar trabajo, personas de mal vivir, entre otros calificativos, pero esto es irreal si se considera en hacer consciencia del gran aporte que hacen los migrantes y que lo único que buscan es una oportunidad para brindarle a sus hijos y familia una vida digna o en otros casos ofrecer ayuda a los que se quedan atrás.
Quinto clamor. El mundo del trabajo. A este respecto indicó se están dando nuevas formas de esclavitud, donde la mano calificada del migrante no está siendo valorada y mucho menos remunerada como tendría que ser. Se habla entonces de explotación laboral. “La mayoría de los migrantes trabajan de lunes a domingo, 10-12 horas al día por menos del salario mínimo, sin prestaciones sociales y eso lo hacen porque los empleadores se aprovechan de la vulnerabilidad de los migrantes para obligarlos a trabajar en condiciones no apropiadas”.
Incidencia ante instancias internacionales
Explicó que, en función de los clamores ya identificados, se lanzan a soñar y proyectar el trabajo de la séptima asamblea general de la Red Clamor que se realizará del 24 al 30 de septiembre de 2024, que por primera vez va a tener carácter global, gracias a una alianza entre Clamor y Cáritas Internacionales. Así entonces, participarán representantes de una red hermana que se ha ido constituyendo en África, se trata de la Red de África y Europa para la Movilidad Humana (RAEMH), por lo que esperan asistan delegaciones de Asia, Europa y Oceanía.
Por otra parte, se refirió a varios puntos de la agenda desarrollada dentro del encuentro, entre ellos explicó que se está trabajando en un mapeo, que consiste en recoger las más de 400 obras de la Iglesia en América Latina que trabajan en función de los migrantes; igualmente se refirió al componente de la caja de herramientas contra la trata de personas; a los diplomados que se proyectan realizar para cualificar al personal que atiende a migrantes.
En este mismo sentido, mencionó el proceso de incidencia que Red Clamor está adelantando en diferentes escenarios internacionales, como ha sido la invitación de Naciones Unidas para que participen en representación de la sociedad civil en espacios de incidencia sobre el tema migratorio, esto ha dicho, llevará a la conmemoración de los 40 años de la declaración de Cartagena sobre los refugiados.
“Desde la Red Clamor estamos participando en todos estos espacios en alianza con ACNUR, en alianza con OIM, con otras organizaciones globales de Naciones Unidas, en los foros de incidencia política más importantes que tiene en este momento el planeta, estamos dialogando con embajadores, con ministros, con presidentes, con gobiernos, buscando humanizar la política migratoria en el continente”.
Llamado a los gobiernos
Aseguró que la mayoría de los países declaran en sus proyectos legislativos que tienen políticas humanas para acoger a los migrantes, pero luego en “la práctica eso se vuelve pura teoría” y agregó que, un buen número de países están empeñados en levantar muros “unos muros de concreto, unos muros de bloques que son terribles porque separan pueblos, porque separan naciones” y esto observó, “lo hacen con el fin de protegerse, pero en la realidad quedan es encerrados en sus propios muros”.
Expuso además que existen otro tipo de muros que son más intangibles, como la xenofobia, permisos a trabajar, el no reconocimiento de títulos académicos, la negación del estudio a los niños y jóvenes, todo esto advierte a sabiendas que supone los países han firmado la convención internacional de los derechos de los niños y las niñas, donde dice que todo niño no importa dónde haya nacido tiene derecho a la educación.
El ejecutivo aseguró que por la permanente violación a los derechos de los migrantes y refugiados, la Red Clamor seguirá insistiendo en hacer presencia en espacios de incidencia “para exigir a los gobiernos que pongan a la persona humana en el centro de sus políticas, no importa si haya nacido en ese país o si tiene un documento que lo acredite, porque por ser humano, la declaración de los derechos humanos dice que tiene una dignidad que no le puede ser violada”.
El encuentro concluyó con dos visitas que las delegaciones realizaron para evidenciar y conocer la difícil realidad que vive la población migrante en algunos sectores de Bogotá. La primera a una comuna en Cazucá (Soacha), donde se vive una compleja acumulación de precariedad en el extrarradio sur de Bogotá; y un segundo grupo estuvo en el Centro Integral de Atención al Migrante de los padres Scalabrinianos, un centro destinado al servicio de migrantes (de destino, internos y tránsito) y refugiados, donde se celebró la eucaristía.