El Ministerio de Justicia de Chile rechazó el pedido de la llamada “Iglesia Templo de Satán: Satanistas y Luciferinos de Chile” para ser reconocida como entidad religiosa de derecho público.
Aunque la noticia se conoció en los últimos días, la resolución ministerial tiene fecha del 13 de diciembre de 2024 y lleva la firma del subsecretario de Justicia, Héctor Opazo Díaz.
Entre los fundamentos para el rechazo está el hecho de que la entidad contraría el orden público y no responde la legislación vigente, además de fomentar actos como sacrificios humanos, magia satánica, rituales sexuales y de destrucción.
“Se objeta el registro de la entidad ‘Iglesia Templo de Satán: Satanistas y Luciferinos de Chile’ por cuanto su objeto y actividades a desarrollar contraría el orden público (…), en particular, por no existir correspondencia de los fines, doctrina y actuaciones declarados en su estatuto, con el ordenamiento jurídico vigente”, se puede leer en el documento.
La resolución advierte, entre otros elementos que constituyen este culto, la posibilidad de “sacrificio humano”. En ese sentido, aclara que no puede ser validado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos “ningún grupo que promueva ideas tendientes a causar daño a otro, propiciando con ellos eventuales condiciones para la realización de conductas que pudieren revestir carácter de delito de aquellos sancionados por el Código Penal”.
Otros de los elementos que impidieron la aceptación por parte del ministerio son la magia satánica, rituales sexuales, de compasión y de destrucción o maldición, ya que implican el riesgo de “propiciar condiciones favorables a la comisión de delitos”, especialmente contra el orden de las familias, contra la moralidad pública y la integridad sexual.
Finalmente, puntualiza que “la doctrina de la entidad religiosa que ha solicitado registro no es correspondiente con la finalidad y propósito de la Ley”.
En agosto de 2024, las principales confesiones religiosas presentes en Chile habían emitido una declaración pública en la que consideraban improcedente que una organización satanista obtuviera reconocimiento por parte del Estado.
El satanismo, afirmaban en la declaración, es un fenómeno que no puede ser considerado entre las “iglesias, confesiones o instituciones religiosas”, ya que fomenta “el culto al mal y el intento de sustituir a la Divinidad”, en lugar de basar su actividad en la búsqueda “del bien y la virtud” a los que aspira la naturaleza humana.
Además, precisaban que el satanismo “vincula a la persona y la sociedad con los bienes contrarios y específicamente, con el mal, la discordia y la división”.
Funcionarios de distintos partidos celebraron el fallo
El diputado de Renovación Nacional, Mauro González, calificó de “buena noticia” el fallo: “Lo dijimos desde el primer momento y oficiamos señalando que la doctrina de los satanistas y luciferinos es contraria al orden público y que movimientos de esta naturaleza nada bueno pueden traer a nuestro país”, expresó, según recoge el 24 de enero el portal BioBio Chile.
“Es nuestra responsabilidad velar por la tranquilidad de las familias chilenas, protegiendo los principios que han forjado nuestra nación. Este fallo es un triunfo para quienes creemos que el bienestar de nuestros niños y la defensa de nuestra fe son intransables”, añadió.
En la misma línea se pronunció Francesca Muñoz, diputada del Partido Social Cristiano, al afirmar que “el satanismo no es compatible con el Estado de Derecho en Chile, ni con los principios cristianos que lo sustentan”.
“Nuestro país debe cerrar la puerta definitivamente a estas prácticas que solo traen dolor y miseria a las familias”, concluyó, según cita el mismo portal.
Nota reproducida en Aciprensa