Sobre las 9 de la mañana de este martes 4 de junio, con palos y pancartas un grupo de indígenas se tomaron las instalaciones de la Nunciatura Apostólica, ubicada en la localidad de Teusaquillo, en Bogotá, capital de Colombia.
Según lo señalan los manifestantes, el ingreso a la sede diplomática, hace parte de la Movilización Nacional ‘por la vida y la permanencia en los territorios’. Su exigencia es hacia el Estado a quien le piden «la instalación de una mesa de negociación con el Gobierno Nacional y el desmonte del paramilitarismo«, esto aseguran, en bien de la seguridad de los territorios indígenas.
Este grupo de personas en principio estaban protestando frente a la sede del Ministerio del Interior en Bogotá, ubicada en el centro de la capital, luego de un tiempo allí, se desplazaron hasta la Nunciatura Apostólica, donde instauraron lo que llamaron un “refugio humanitario”.
Por la protección de las comunidades
Según información, los manifestantes hacen parte del conglomerado Congreso de los Pueblos, que representan a 600 organizaciones campesinas, afros e indígenas en todo el territorio nacional. En su cuenta de redes sociales anotan «Instalamos refugio humanitario en la sede de la Nunciatura en Bogotá, como parte de nuestra movilización».
En las últimas horas el conglomerado de comunidades, emitió un comunicado en el que mencionan ocho puntos claves, por lo que piden sean escuchados. Ellos son: Cambio de la doctrina de seguridad nacional; Desmonte del paramilitarismo; Mecanismos urgentes de protección y autoprotección; Plan nacional de fortalecimiento del Congreso de los Pueblos; Plan inicial de reparación integral; Mesa permanente de interlocución y negociación nacional; Garantías de movilización; y cumplimiento de acuerdos.
Hasta este momento, el ente eclesial diplomático no se ha manifestado sobre los hechos, sólo se conoció extra oficialmente, que el Nuncio Apostólico Paolo Rudelli, sostuvo una reunión en el Palacio de Nariño, con el presidente de la República, Gustavo Petro.
Nota reproducida en ADN Celam