La Compañía de Jesús está ofreciendo reparaciones a unas 20 mujeres que dicen haber sido abusadas sexual, psicológica y espiritualmente por el P. Marko Rupnik, artista y ex jesuita.
Rupnik está acusado de haber cometido graves abusos sexuales, psicológicos y espirituales contra decenas de religiosas bajo su cuidado espiritual durante décadas. Su caso está siendo investigado actualmente por el Vaticano.
El P. Johan Verschueren, ex superior de Rupnik y actual consejero general y delegado para las Casas y Obras Interprovinciales de la Compañía de Jesús en Roma, dijo que envió una carta a las mujeres que presentaron acusaciones contra Rupnik, ofreciéndoles una invitación abierta a reparaciones, según Associated Press.
Si bien las cartas no se hicieron públicas por respeto a las presuntas víctimas, Laura Sgrò, abogada de las mujeres, compartió algunos extractos, según informó Religion News Service.
En las cartas, Verschueren habría lamentado que Rupnik no hubiera asumido públicamente la responsabilidad de sus actos ni se hubiera arrepentido. Declaró a Associated Press que en las cartas invitó a las presuntas víctimas a compartir sus necesidades y cómo la orden religiosa podía satisfacer esas necesidades.
Verschueren también habría ofrecido iniciar un “proceso de sanación” y compartió que la orden jesuita está “incómoda” con la situación y consciente de que “los diversos tipos de violencia sufrida en ese momento se ven agravados por el dolor causado por la falta de escucha y justicia durante muchos años”.
Sgrò agradeció a los jesuitas el gesto de reparación y pidió al Vaticano en el comunicado que siga “el ejemplo de la Compañía de Jesús y lleve a Marko Rupnik a juicio lo antes posible, devolviendo la dignidad a las víctimas”.
“Realmente ya no puede haber más demora; simplemente hay que hacer justicia”, dijo.
En la declaración de Sgrò, las presuntas víctimas agradecieron a Verschueren por “reconocer los errores cometidos hasta ahora” y por haber “acogido y abrazado finalmente a las víctimas de Marko Rupnik, ofreciéndoles el apoyo que les había faltado hasta ahora”.
Los jesuitas quieren proteger la privacidad de las presuntas víctimas y no tienen previsto compartir con ellas información futura sobre el diálogo, dijo Verschueren a RNS.
“Cualquier eventual camino hacia la reparación dependerá enteramente de la persona que fue invitada”, dijo Verschueren a RNS.
“Escribimos la carta porque nosotros también necesitamos reparación y sanación”, continuó. “Tenemos mucho que aprender de ellos y que mejorar en el futuro para evitar cualquier tipo de abuso en compañía de Jesús”.
“Tenemos mucho que aprender de ellos y hacerlo mejor en el futuro, para evitar cualquier tipo de abuso en la Compañía de Jesús”.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.