El partido tenía toda la trascendencia que puede tener un encuentro entre el cuarto y el séptimo clasificado de la Segunda División alemana, a saber, el Kaiserlauttern y el Fortuna Düsseldorf.
Sin embargo, la actuación de los hinchas del Kaiserlauttern, que jugaba como local, ha dado la vuelta al mundo por exhibir un gigantesco tifo satánico antes del partido, con una explícita invocación a Lucifer.
Pocos momentos antes de comenzar el partido, toda una grada completa se cubrió con cartulinas rojas y negras, con las que miles de aficionados dibujaron un Pentagrama –la estrella de cinco puntas dentro de un círculo que se utiliza en los rituales satánicos–, con dos de las puntas iluminadas de rojo encendido.
En la parte más próxima al campo, dos gigantescas lonas mostraban una invocación a Lucifer, escrita en latín: «Exaudi nos, Lucifer, et surge ex abysso, sume animas nostras ad lucem nos trahe, orbem mundi regna, surce ex flammis et appare». Es decir: «Escúchanos, Lucifer, y levántate del abismo, toma nuestras almas, llévanos a la luz, reina sobre el mundo, levántate de las llamas y aparece». Como «acto final», del Pentagrama se alzaba una gigantesca figura de un demonio alado, con garras afiladas y una grotesca sonrisa, en medio de bengalas humeantes.
En Sevilla: «Vendimos nuestra alma»
No es la primera vez que la afición del Kaiserlauttern muestra algún tifo con esta temática, puesto que son conocidos como «los diablos rojos». Sin embargo, nunca antes habían llevado a cabo una simbología tan explícita y, a la vez, tan alejada de cualquier connotación deportiva que pudiera tratar de intimidar a los rivales.
Curiosamente, ese mismo sábado, en el encuentro que enfrentó al Sevilla y al Atlético de Madrid en el Sánchez Pizjuán, el Frente Biris Norte que alienta a los hispalenses decidió desplegar también un tifo con un enorme demonio rojo, aunque con un mensaje menos agresivo: «Vendimos nuestra alma para verte campeón».
Y aunque ambas acciones pueden parecer inconexas, como explica el experto en sectas Luis Santamaría, «cuando hablamos de satanismo, nada es casualidad».
Tres corrientes satánicas en auge
Santamaría, que es uno de los mayores expertos de España en el estudio de las sectas y de los grupos satánicos, explica que «estas dos acciones, como otras que vemos cada vez más en espectáculos deportivos o lúdicos, responden a tres tendencias en auge en todo el mundo, de forma especial en Europa, y que están llegando a los jóvenes a través de las redes sociales».
Por un lado, estaría «el incremento de grupos y personas que buscan la provocación fácil y el escándalo, atacando sobre todo aquello que tenga que ver con el cristianismo», explica este experto, fundador de la Red Iberoamericana de Estudios de las Sectas.
Por otro, Santamaría describe «una corriente dentro del satanismo contemporáneo, que trata de desdramatizar todo lo relativo al demonio, a su existencia y actuación, que no cree en Satanás como un ser personal, pero que lo utilizan y ensalzan como un símbolo del endiosamiento del individuo y una ruptura contra toda norma».
Ni casuales, ni inocuas
Además, Santamaría –que es uno de los expertos españoles que colaboran con las Fuerzas de Seguridad para detectar y neutralizar grupos sectarios– constata «una tercera, que es la de los satanistas que sí creen en el demonio, que saben que existe y que son perfectamente conscientes de que este tipo de invocaciones no son casuales, ni inocuas».
Este grupo de satanistas, «que tiene mucho más poder y que rinden culto al demonio sin ninguna cortapisa, aunque se muevan de forma secreta», estaría aprovechando todas estas actividades públicas para «invocar poderes preternaturales desconocido para algunos, aunque muy conocidos para los adoradores del príncipe de las tinieblas», asegura Santamaría.
Vincular el demonio a lo lúdico
A través de invocaciones como la del tifo alemán, o con paraliturgias demoníacas como las que se llevaron a cabo también en Alemania en la inauguración del túnel de San Gotardo, en 2016, se estaría «abriendo la puerta para que el demonio impacte en las almas de la gente, y vinculando el culto satánico a la diversión y a la mofa, dando a entender que, por el contrario, el cristianismo sería algo triste, pesado u opresor: el mundo al revés», explica Santamaría.
Así, como denuncia este experto, cada vez más luciferinos estarían «tratando de seducir a los jóvenes para que se acerquen a él, con promesas de diversión, poder, placer, fama o éxito, y allanando el camino para que cada vez esté más presente en la sociedad y en sus propias vidas».
Con un matiz importante: «A pesar de que, como enseña la doctrina católica, el demonio ya ha sido derrotado por Cristo, siempre se cobra los favores que presta, y quien se acerca al satanismo buscando beneficios, sólo acaban por encontrar destrucción personal, dolor y tragedia».
Nota reproducida en el debate.com