Este lunes 22 de abril, en el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, se llevó a cabo a través de las redes sociales, el lanzamiento de la «Ruta Laudate deum», una iniciativa promovida por la Comisión de Ecología Integral (Ceilac), adscrita al Centro de programas y redes de acción pastoral (Ceprap) del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam).
Ximena Lombana Cortés, asesora del Ceprap, fue la encargada de moderar la jornada de reflexión donde participaron las Redes Eclesiales Territoriales de Ecología Integral: Remam: Red Eclesial Ecológica Mesoamericana; Repam: Red Eclesial Panamazónica; Regchag: Red Eclesial del Gran Chaco y del Acuífero Guaraní, entre otros invitados afines al tema.
Vaticano, presente
El evento inició con el saludo del padre Patricio Sarlat, del Dicasterio al Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, quien a propósito del Día de la Tierra hizo una reflexión inspirada en San Francisco de Asís, un hombre enamorado por el cuidado de casa común y que compuso el poema: “Cántico de las Criaturas”, que inicia “Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas (…), este, señala el sacerdote, fue el que inspiró al Papa Francisco en su encíclica Laudato Si.
El religioso llamó la atención de la sociedad, la Iglesia y los gobiernos para que en toda América Latina se lideren iniciativas de incidencia social y política a favor del cuidado y respeto de la casa común, esto en términos de contrarrestar los efectos verdaderos del cambio climático que son producto de la contaminación y del uso excesivo de los bienes de la creación «de este ambicioso y depredador consumo de la ‘hermana madre tierra’, para dar pasos también a esa transición energética del desinvertir en la industria de los combustibles fósiles y la invitación a adoptar un estilo de vida sustentable y sostenible».
Solidaridad en los bateyes dominicanos
Al darse paso al espacio de testimonios, el turno fue para el padre Miguel Angel Gullón, desde El Seibo en República Dominicana, un religioso que lleva más de 25 años, involucrado en la mejora de las condiciones de vida de su población y en la defensa de sus derechos frente a las grandes empresas económicas, que les quieren despojar de sus tierras.
Durante su intervención mencionó varios casos de atropellos y violación de los derechos a familias a quienes se les destruye sus casas y son maltratadas; así también se refirió al tema de las deportaciones abusivas en los bateyes a cargo de las autoridades en contra de los migrantes Haitianos; habló sobre el «muro de la vergüenza» que se está construyendo hace dos años entre la frontera de Haití y República Dominicana.
También, se refirió al carro cárcel «la camiona», sobre esto denunció que es un camión jaula de la migración en el que por la noche suben a personas por el color de la piel negra, de manera especial niños y mujeres embarazadas, con la disculpa de que van a ser deportados, pero realmente hacen negocio con ellos. A todo esto, señaló el religioso, se han hecho varios llamados de atención para que se frene esta barbarie de violación a los derechos de las personas y pidió a todos los que están trabajando por esta lucha a «que proclamen a la luz del día, la dignidad de la persona y que no sufran más niños, ni madres embarazadas«.
Un llamado a la conversión de todos
Luego de ello, Elizabeth Coca, coordinadora del área de ecoteología de Cáritas Ecuador, quien desde allí tiene la responsabilidad de fortalecer el proceso de redes en los territorios y acompaña tanto a la Red Eclesial Panamazónica (Repam) –capítulo Ecuador– y de la Red Nacional de Pastoral Ecológica, compartió el testimonio de Paloquemao y las Palmas en el Cotopaxi (Ecuador).
Estas poblaciones están ubicadas en una estribación entre lo que es la sierra y el inicio de la costa, una zona subtropical, allí explicó, sus habitantes llevan más de 30 años peleando por su territorio cuando iniciaron las experiencias mineras y “debido a que hubo una mina de plata ellos aprendieron que su territorio no puede ser entregado a las mineras, porque tuvieron que cambiar su cultivo original de caña por otras variedades que fueran más resistentes”. Así también observó que el Estado ecuatoriano ha entrado hace varios años en una posición extractivista, en toda la línea de cambiar la matriz productiva de lo que significa el petróleo hacia la minería.
A este respecto advirtió que, para el Gobierno migrar del petróleo a la minería, no lo hace porque les interese el cuidado del medio ambiente «simplemente proponen migrar porque ya no hay petróleo y ahora deben pasar a la minería y esto -continúa- es un problema para la población, no se trata de un tema de leyes, Ecuador cuenta con las leyes necesarias, pero no se puede dudar que lo que hay son intereses políticos, donde asesinan y matan a la población para lograr sus objetivos».
Frente a esta realidad, hizo un llamado a la conversión para que haya un compromiso de parte de todos, a la Iglesia le pidió «que se baje de sus altares y aterricen donde está lo sagrado que es la creación. Por último, informó que desde la Red Nacional de Pastoral Ecológica (Renape), se están organizando en un proceso judicial para apoyar a las organizaciones de la sociedad civil que luchan por sus derechos.
Nace la Ceilac
Luego de los testimonios intervino Alejandra Zelaya, integrante de la Remam y parte de la Comisión de Ecología Integral de América Latina y el Caribe (Ceilac), articulada por 23 organizaciones, todas ellas trabajando en la línea de la protección y defensa del agua, la tierra y el territorio.
La representante inició su intervención agradeciendo al Celam el haber abierto este espacio de diálogo y señaló que son muchas las plataformas, la Iglesia, laicos y otros actores los que están liderando y trabajando por el cuidado de la Casa Común, teniendo como eje transversal la ecología integral. «Es un espacio en donde nos identificamos para unirnos para compartir estas experiencias y también para sentirnos una familia».
Luego dio paso a explicar la estructura de la Ceilac, y añadió que, es un espacio de encuentro que lleva a la acción del cuidado de la Casa Común. Un espacio que toma en cuenta la voz y el aporte de todos los pueblos originarios desde su sabiduría, la autoridad y la salvaguardia de los territorios. Pero también es «un espacio humilde y alegre que lleva la buena nueva de Jesús en esta creación de Dios, que aprende y comparte, que teje saberes, que mantiene un diálogo interno, un diálogo fraterno que lleva la esperanza».
Sobre la Ruta Laudate Deum
Por otra parte, Alirio Cáceres Aguirre, diácono permanente de la arquidiócesis de Bogotá y asistente de Incidencia del Movimiento Laudato Si’ en el continente, explicó el papel de la Ruta Laudate Deum, afirmando que es una iniciativa de articulación promovida por la Ceilac, que va madurando como una comisión de Ecología integral, de diálogo y escucha, para que las organizaciones y redes territoriales integrantes puedan generar espacios de incidencia en busca del bien común.
Explicó además que, esta iniciativa tiene sus raíces en la campaña de la Encíclica Laudato Si´ que la Iglesia brasileña realizó el año pasado en torno a la película La Carta, del Papa Francisco y la articulación está siempre pensada hacia la COP30, «Laudate Deum, una invitación a recuperar el lugar de Dios en nuestra sociedad y en alabar a Dios, por tanto, no podemos entender Laudate Deum sin Laudato Si´».
Eslabones de la Ruta Laudate Deum
A este respecto el especialista ofreció el itinerario a seguir, desde donde se participará para hacer incidencia en las decisiones que allí se tomen. Ellos son: FOSPA (Bolivia, junio 2024) Tercer simposio de transición energética; SÍNODO (Roma, octubre 2024) Sínodo de la sinodalidad; COP16 (Colombia, octubre 2024) Cumbres mundiales de Naciones Unidas, sobre biodiversidad; COP29 (Azerbaijan, noviembre 2024) Cambio climático; y COP30 (Brasil, noviembre 2025) Cambio climático.
Concluyó recordando que como Iglesia y como bautizados tenemos la tarea de ser Custodio de la creación «dejémonos conmover, dejémonos tocar por los caídos del camino y hagamos que esta ruta Laudate Deum sea un sendero de sinodalidad, sea un itinerario de samaritalidad y sea un camino de Emaús para salir corriendo y decir que la vida vence la muerte».
Hacia el Foro Social Panamazónico (Fospa)
Las intervenciones concluyeron con Juan Carlos Nuñez, Fundación Jubileo, quien tuvo la responsabilidad de contar los avances de preparación del Foro Social Panamazónico (Fospa) a celebrarse en Bolivia del 12 al 15 de junio de 2024, un espacio de articulación, acción y reflexión relacionadas a la cuenca amazónica que atraviesa Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, República Cooperativa de Guyana, Surinam y Guyana (francesa).
Mencionó que se espera la participación de más de mil personas, en representación de la Iglesia, redes, plataformas, ongs e instituciones, con un objetivo trazado y que consiste en articular agendas de las organizaciones y redes amazónicas y visibilizar las propuestas para la defensa de la Amazonía, frente al cambio climático y la convivencia intercultural.
Así también explicó que, en un marco de debate respetuoso, se abordarán tres temas centrales: pueblos indígenas (poblaciones amazónicas), madre tierra (extractivismo y alternativas) y mujeres en resistencia. Hizo énfasis además que, no se quiere que toda esta reflexión quede solo en un debate o en la elaboración de un documento más, por lo que agregó que, el fruto de este trabajo debe ser una oportunidad para conquistar espacios auto gestionables «donde unidos podamos hablar entre nosotros sobre el tema de la ecología integral, sobre el mensaje que podemos dar como Iglesia y toda esta colectividad Latinoamérica, es decir estar conectados desde la Amazonía hacia el mundo urbano y rural en las realidades de los distintos pisos ecológicos».
Por último, dijo que esta es una linda semilla para que las Conferencias Episcopales tomen en cuenta la necesidad y urgencia de poder crear estructuras en el marco de la Ecología Integral y de la defensa del medio ambiente, así acentuó «hacer reales la escucha y el clamor de la tierra y responder a ese grito de los pobres, creo que esa es una labor profética que a todos nos embarca».