Este lunes 10 de febrero, en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), dio inicio la CXXIII Asamblea Plenaria Ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). En la ocasión, monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo de Valencia y presidente de la CEV, ofreció un discurso en el que señaló la compleja situación política, económica y social de Venezuela, así como los desafíos que enfrenta la Iglesia en su misión.
Según informó el presidente de la CEV, esta Asamblea tiene como objetivos reflexionar y discernir los desafíos que a la acción de la Iglesia presenta la realidad social, política y económica del país; y la elección de quienes estarán al frente de las diversas instancias y servicios de esta Conferencia Episcopal en el trienio 2025-2028.
La Asamblea concluirá el próximo viernes 14 de febrero, es por ello, que la autoridad eclesial pide se acompañe con oración todos los trabajos que se realizaran estos días, “suplicando al Señor nos otorgue la sabiduría y fortaleza de ser auténticos pastores y maestros del Pueblo de Dios”.
Venezuela ante una crisis política prolongada
El discurso, dividido en tres grandes temas, contempla un análisis detallado del panorama nacional, que señala el impacto de la crisis política en la vida de los venezolanos. El primer subtítulo, “La derivación autocrática de la política nacional”, señala que la incertidumbre y la falta de acuerdos entre el gobierno y la oposición han debilitado la confianza en los procesos democráticos, mencionando el fallido Acuerdo de Barbados y su posterior sustitución por el Acuerdo de Caracas, que dejó por fuera a sectores opuestos.
Asimismo, expresó su preocupación por la actitud hostil del gobierno hacia la disidencia, reflejada en detenciones masivas y restricciones a la libertad de expresión. Según el prelado, la censura a los medios de comunicación ha aumentado significativamente, limitando el derecho de los ciudadanos a la información veraz.
Por otro lado, se refirió a las protestas de familias y organizaciones de derechos humanos, ya que todavía son muchos los que permanecen encarcelados. El arzobispo reconoció que el Gobierno dio algún signo de distención al liberar a algunos de ellos, particularmente menores de edad. Sin embargo, considera que la Iglesia debe seguir insistiendo en la plena libertad de los que continúan en las cárceles, como se ha hecho hasta ahora.
La comunidad Internacional
En otro punto, el arzobispo expone la expectativa que se creó en torno a las relaciones con la comunidad internacional, “que se vieron caracterizadas por un dinamismo pendular”, afirmó, refiriéndose al otorgamiento de licencias al sector petrolero y minero y, por otro lado, la imposición de sanciones a personeros públicos por su actuación en las elecciones y por abusos en contra de derechos humanos.
La autoridad eclesial también planteó las interrogantes y polémicas en torno al nuevo gobierno de Estados Unidos, como también la posibilidad de mediación de los países, y la intervención de la Corte Penal Internacional y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas.
Mons. González de Zárate dijo que no es posible depender solo de la ayuda exterior, “ya que los intereses de otras naciones no coinciden siempre con los nuestros”. En este punto, el arzobispo pidió no eludir preguntas como “cuál es el sentido de las sanciones, en qué han contribuido al proceso de redemocratización de Venezuela, cuál es su incidencia concreta en la realidad cotidiana de Venezuela, cuál es nuestra posición hacia ellas”.
Deseo de cambio
Recordando la jornada electoral de 28 de julio, el arzobispo resaltó que, en medio de interrogantes y tensiones, “el pueblo venezolano ha mantenido su deseo de cambio y una actitud cívica admirable”.
Asimismo, la autoridad eclesial señala que “el 10 de enero Venezuela pasó de ser una autocracia hegemónica a una autocracia cerrada”.
También recordó que los obispos de Venezuela se han pronunciados en varias ocasiones sobre la realidad del país.
Alegrías y tristezas
El arzobispo de Valencia hizo hincapié en que no todo en la vida de los venezolanos es política y que en lo cotidiano se mezclan las alegrías y tristezas.
Resaltando la resiliencia del pueblo venezolano frente a la adversidad, mencionó la alegría por la victoria de los Tiburones de La Guaira en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Por otro lado, señaló las tristezas, dentro las que mencionó las dificultades económicas y los desastres naturales que han afectado a las comunidades más vulnerables.
La crisis migratoria sigue siendo un tema de preocupación para la Iglesia, que ha acompañado a los miles de venezolanos que han abandonado el país en busca de mejores oportunidades. Además, la inseguridad en la frontera colombo-venezolana sigue siendo una amenaza para quienes residen en esa zona, donde el narcotráfico y los grupos armados irregulares imponen su ley.
La economía de Venezuela: “opaca y deprimida”
Monseñor González de Zárate también hizo referencia a la opacidad en la economía venezolana, destacando que la falta de datos oficiales impide evaluar con precisión la situación del país.
A pesar de los anuncios del gobierno sobre un supuesto crecimiento, el prelado señaló que la producción sigue estancada y que el poder adquisitivo de los trabajadores continúa deteriorándose.
Manifestó que los llamados “bonos” gubernamentales no son suficientes para contrarrestar la inflación y la pérdida del valor del bolívar. “Las remesas enviadas desde el exterior apenas ayudan a paliar las grandes carencias de las familias de nuestro país”, sostuvo el arzobispo.
La Iglesia en tiempos de crisis
En el ámbito eclesial, el presidente de la CEV abordó un segundo gran tema con el título “El contexto eclesial: Caminar juntos”. El arzobispo dijo que el Sínodo sobre la sinodalidad ha marcado la vida de la Iglesia en Venezuela: “Las conclusiones del Sínodo constituyen todo un programa para la vida y misión de la iglesia en Venezuela en general, y para la Conferencia Episcopal en particular”, aseguró.
Resaltó que el llamado del Papa Francisco al Año Jubilar, como un decidido impulso a la misión evangelizadora de la Iglesia.
También recordó importantes acontecimientos eclesiales, como la celebración de los 125 años de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, y la reciente incorporación de nuevos obispos, entre ellos, monseñor Rubén Delgado en San Felipe, y monseñor Polito Rodríguez en Barquisimeto.
Un espacio de discernimiento y diálogo
La CXXIII Asamblea Plenaria de la CEV se perfila como un espacio de discernimiento y diálogo, en el que los obispos analizarán los desafíos del país y definirán estrategias pastorales para el próximo trienio.
Al finalizar su intervención, monseñor González de Zárate reconoció que el panorama es complejo y “no es tarea fácil”, y manifestó que se continuará reflexionando sobre el aporte concreto de los obispos en este momento.
Nota reproducida en ADN Celam