Al pueblo de Dios:
Desde la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana (DEPMH), nos unimos a la comunidad internacional para conmemorar el Día Mundial de las Personas Refugiadas, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la situación de millones de personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad, protección y una vida digna.
Este año, recordamos con especial énfasis el lema del Santo Padre para la 110 Jornada Mundial de las Personas Migrantes y Refugiadas: «Dios camina con su pueblo», que nos recuerda que el Señor está siempre presente, acompañando y guiando a aquellos que se encuentran en contexto de movilidad.
Las condiciones de las personas solicitantes de la condición de refugiado es una realidad que nos interpela como sociedad y como Iglesia. Según datos del ACNUR, más de 100 millones de personas en todo el mundo han sido desplazadas por conflictos, persecuciones y violaciones a sus derechos humanos.1 En este contexto, México se ha convertido en un país de tránsito y destino para muchas personas migrantes y refugiadas que buscan un futuro mejor.
De igual forma, expresamos una profunda preocupación por la política migratoria del Estado mexicano. La tardanza en la entrega de documentos, de manera particular las tarjetas de visitante por razones humanitarias y de residente permanente, y la falta de recursos para atender adecuadamente a las personas solicitantes del reconocimiento de la condición de refugiado generan situaciones de precariedad e inseguridad.
La Iglesia Católica, a través de sus diversas instancias, continuará apoyando a las personas migrantes y refugiadas, brindando asistencia y acompañamiento en su proceso de integración. Nos comprometemos a seguir alzando la voz en defensa de los derechos humanos y a fomentar una cultura de encuentro y acogida.
Creemos firmemente que cada persona, independientemente de su origen o estatus migratorio, son hijos e hijas de Dios y merecen ser tratado con dignidad y respeto.
En este Día Mundial de los Personas Refugiadas, renovamos nuestro compromiso con la justicia y la paz, e invitamos a todos los fieles y a la sociedad en general a unirse a esta causa. Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca en nuestra misión de ser instrumentos de amor y misericordia. «No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles» (Hebreos 13:2). Que esta exhortación nos inspire a abrir nuestros corazones y nuestras puertas a quienes más lo necesitan.
1 ACNUR, “El desplazamiento forzado continúa creciendo por la escalada de conflictos”, ACNUR, 2023. ACNUR: El desplazamiento forzado continúa creciendo por la escalada de conflictos | ACNUR México
+J. Guadalupe Torres Campos.Obispo de Ciudad Juárez.Dimensión Episcopal para la Pastoral de la Movilidad Humana. Conferencia Episcopal Mexicana