Varios meses después del robo de una cruz pectoral legada por el difunto Papa Benedicto XVI a una parroquia de su natal Baviera (Alemania), la Policía detuvo al sospechoso en la República Checa.
La cruz, que aún está desaparecida, fue robada el 19 de junio de este año de una vitrina que estaba en la pared de la iglesia de San Oswaldo, en la ciudad de Traunstein.
Según la Oficina de la Policía Criminal del Estado de Baviera, el sospechoso de 53 años, que de acuerdo a las autoridades es un ladrón con un historial de delitos contra la propiedad en varios países europeos, dejó huellas en la escena del crimen que permitieron su identificación mediante un análisis de datos.
La Policía señaló que la carrera criminal del sospecho se remonta a 1990. Los medios alemanes informaron que la Fiscalía, teniendo en cuenta las condenas previas del sospechoso, prevé una pena de prisión de varios años si es declarado culpable.
Sin embargo, según informes, las autoridades estaban considerando una reducción significativa de la pena si se devolvía la cruz pectoral.
Sospecho decidió entregarse
Después de que se emitió una orden de arresto internacional, la creciente presión llevó al sospechoso a entregarse a la Policía en su residencia en la República Checa. Ahora se encuentra bajo custodia en la ciudad bávara de Traunstein.
La cruz pectoral tiene un inmenso valor para la comunidad católica de Traunstein. El Papa Benedicto XVI, nacido en la pequeña comunidad bávara de Marktl am Inn, la había legado a la iglesia de San Osvaldo tras su retiro en 2013.
Los investigadores ahora están redoblando sus esfuerzos para hallar la cruz perdida. La Oficina de Policía Criminal del Estado de Baviera ha ofrecido una recompensa de 1.000 euros por información que conduzca a su recuperación.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.