El cardenal Carlos Aguiar Retes consagró la Arquidiócesis de México al Sagrado Corazón de Jesús, por intercesión de la Virgen de Guadalupe.
En un acto por demás emotivo y lleno de fe y devoción, el cardenal Carlos Aguiar Retes, acompañado por miembros del venerable Cabildo de Guadalupe, consagró este domingo la Arquidiócesis de México a Dios.
El rito de consagración tuvo lugar al final de la Santa Misa de las 13:00 horas en la Basílica de Guadalupe, que lució abarrotada de fieles laicos deseosos de participar en este acto histórico, al que se sumaron miles más a través de las redes sociales de la Ciudad de México y de otras partes del país.
Antes de la Eucaristía, el cardenal Aguiar bendijo una imagen de San Miguel Arcángel dentro de la Villa de Guadalupe:
“Oh, Dios, Padre Nuestro, fuente de toda gracia y santidad, mira con bondad al pueblo de México, y a nosotros tus servidores, que hemos dispuesto esta imagen de san Miguel Arcángel, y haz que experimentemos su intercesión, ya que lo designaste como protector nuestro. Tú, Dios uno y trino, eres nuestro refugio y fortaleza, por eso imploramos suplicantes tu clemencia, a fin de que por la intercesión de la Virgen María, madre nuestra, María de Guadalupe, reina de los ángeles, y del glorioso San Miguel Arcángel, príncipe de la Milicia del Cielo y protector de la Iglesia, te dignes socorrernos contra Satanás y todos los demás espíritus inmundos que infestan al mundo para daño del género humano y perdición de las almas. Arrójalos al abismo y apártalos de nosotros, por siempre jamás”.
De manera particular, a san Miguel, el cardenal Aguiar le pidió que defienda a su pueblo de México en su lucha, para que no dude nunca del amor de Dios: “Ruega por nosotros, San Miguel Arcángel, príncipe de la Iglesia de Cristo, para que seamos dignos de alcanzar sus promesas”.
La consagración a Dios se realizó bajo la intercesión de Santa María de Guadalupe, San José y San Miguel Arcángel.
De cara a la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe, el cardenal Aguiar pronunció las palabras de consagración, que a continuación compartimos íntegras:
DIOS Padre, al hacer esta Consagración, ante todo, pido perdón por todas las transgresiones, violaciones y ofensas, que se han cometido en contra de tu Santo Nombre, de tus mandamientos, de nuestra Fe, de la dignidad de las personas, del Don de la Vida, lesionado por las leyes, que permiten homicidios, despojando a los más vulnerables, inocentes e indefensos, de este primer Don y Derecho, atentando contra la Familia.
Yo, Carlos Cardenal Aguiar Retes, por la gracia de Dios creado e incorporado al Colegio Cardenalicio de la Santa Iglesia Romana, y por designación de la Sede Apostólica Arzobispo Primado de México, en este domingo 26 de mayo, Solemnidad de la Santísima Trinidad, con la autoridad que Dios, a través de Su Santa Iglesia me ha otorgado, con gran esperanza CONSAGRO LA ARQUIDIÓCESIS PRIMADA DE MÉXICO AL AMOR Y PROTECCIÓN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD por intercesión del Inmaculado Corazón de la Siempre Virgen Santa María de Guadalupe, Patrona de México y Emperatriz de América, del Patriarca San José, padre adoptivo de Jesús, y de San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial.
Me consagro, y consagro a nuestros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, familias y fieles, y a todas las Comunidades parroquiales y eclesiales. Ofrezco todo lo que somos y tenemos, nuestros pensamientos, palabras, decisiones y actos como Iglesia Arquidiocesana, pidiendo por la Unidad y la Paz, para ser constructores de una Iglesia Sinodal y Misionera.
Nos comprometemos con entusiasmo en este camino, para Tu mayor gloria y para nuestro bien. Humildemente nos confiamos a Tu misericordia, concédenos la gracia de volver a Tí de todo corazón, vivir en Tu amor y protección, en unidad y en la verdadera Paz, que solo Tú puedes dar.
Presentamos nuestro acto de Consagración en favor de nuestra Arquidiócesis y de nuestro País, confiando en Tu bendición y Tu Providencia, pidiendo nos tengas siempre bajo tu mirada amorosa. Pedimos la intercesión de Nuestra Madre, Santa María de Guadalupe, que brilla en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza, para que, bajo su resguardo, México pueda mantenerse siempre fiel a Tu Voluntad. Amén.
Finalmente, tras pronunciar tres veces la jaculatoria “Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío”, los miles de asistentes al templo mariano explotaron en un efusivo aplauso y porras a Jesucristo y a la Virgen María.
Nota reproducida en Desde la Fe