Con el destierro este fin de semana de los sacerdotes Denis Martínez, presbítero de la diócesis de Matagalpa y formador en el Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, en Managua; y Leonel Balmaceda, religioso al frente de la parroquia Jesús de Caridad, en el municipio de La Trinidad, Estelí, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha forzado seis destierros desde octubre de 2022, siendo significativo entre el número de expatriados el de religiosos, muchos de los cuales ponen rumbo al Vaticano, a la diócesis de Roma, de la que es también obispo el papa Francisco.
Estos dos sacerdotes -cuya expulsión ha sido confirmada por activistas de derechos humanos nicaragüenses- se suma al grupo de otros siete curas -Víctor Godoy, Jairo Pravia, Silvio Romero, Edgar Sacasa, Harvin Torres, Ulises Vega y Marlon Velázquez- que fueron enviados por el régimen sandinista el pasado miércoles 7 de agosto a Roma.
Se da la circunstancia de que todos estos sacerdotes pertenecen a la diócesis de Matagalpa, de la que es obispo Rolando Álvarez, también él expulsado a Roma en enero de este año tras pasar varios meses en una cárcel de alta seguridad tras ser secuestrado hace ahora dos sos en las dependencias episcopales.
Junto con monseñor Álvarez, fueron expulsados, también con destino a Roma, otros 17 presbíteros, con lo que la sede romana sería el puerto de arribada, al menos en un principio, de alrededor de una treintena de sacerdotes, entre ellos dos obispos, Rolando Álvarez e Isidoro Mora.
Junto con estos dos últimos destierros, y el de monseñor Álvarez a principios de 2024, las otras expulsiones decretadas por el gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo tuvieron lugar en octubre de 2022 y febrero de 2023 (hacia los Estados Unidos); y en octubre de 2023 hacia Roma.
Saña con la diócesis de Matagalpa
Las últimas semanas, la diócesis de Matagalpa ha sido especialmente puesta en el punto de mira por parte efe las autoridades nicaragüenses, con varios sacerdotes detenidos y finalmente expulsados del país.
En este sentido, la V entrega del estudio ‘Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?’, de la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, indica que 245 religiosos han sido obligados al exilio o han sido expulsados de Nicaragua desde que estalló la crisis social y política en abril de 2018, informa 100%Noticias.
En la V entrega del estudio ‘Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?’, de la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, indica que 245 religiosos han sido obligados al exilio o han sido expulsados de Nicaragua desde que estalló la crisis social y política en abril de 2018.
De esos 245 religiosos, uno es el Nuncio Waldemar Sommertag, tres son obispos, 136 son sacerdotes pertenecientes a diferentes diócesis de Nicaragua, tres son diáconos, once son seminaristas, y 91 religiosas o monjas, detalló el informe.
Nota reproducida en Religión Digital