La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) destacó que a un mes del proceso electoral que se desarrolló el pasado 2 de junio del 2024, el país está de pie y la vida sigue adelante, con el aporte de pequeñas y grandes acciones de millones de mexicanos en su trabajo de cada día, y la responsabilidad de los gobernantes.
Los obispos mexicanos aseguraron que la ciudadanía dio un ejemplo de civilidad democrática, “tanto los que se sienten representados en los resultados como quienes han expresado otras opciones en las urnas”
La Iglesia católica en México envió un mensaje a un mes de las pasadas elecciones en el país, en el que pidieron que no prevalezca el sentimiento de vencedores o vencidos, sino el de ciudadanos de la misma patria que deben construir con el talento de todos, sin exclusión.
“Muchos ciudadanos podrán sentirse satisfechos, otros, por distintos motivos muy válidos, han vivido los resultados con frustración, pero entre unos y otros debe haber respeto para construir juntos nuestro futuro, unos y otros formamos el mismo país”.
Los obispos mexicanos comentaron que el país debe ser tierra de libertad y oportunidades para todos, en un ambiente de justicia y paz que todos anhelamos. Y recordaron las palabras de Jesús: «Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti» (Juan 17, 21). “Esta oración nos inspira a buscar la unidad en nuestra nación, más allá de nuestras diferencias”, señalaron.
Por lo que hicieron un llamado a la ciudadanía para ir más allá de la contienda electoral y colocarse con ánimo y esperanza, “con la conciencia de que el futuro de nuestro país necesita de todos, jóvenes y adultos, sociedad civil y fuerzas armadas, comunicadores y educadores, empresarios y lideres sociales, obreros y campesinos, profesionistas, comerciantes y toda la clase laboral”.
Así mismo, pidieron a los candidatos ganadores a dirigir sus decisiones y primeras acciones, hacia la construcción de la unidad nacional, “la inclusión de todos en el proyecto de nación democrática que tenemos desde hace décadas, hacia el fortalecimiento y autonomía de los tres poderes del Estado con todas sus instituciones, y hacia la vigencia plena del Estado de Derecho, en el respeto a los derechos humanos fundamentales”.
“Debemos dirigir nuestra mirada y nuestros esfuerzos a superar la desigualdad social y la pobreza, debemos tener como prioridad el bien común, para lograr mejores oportunidades para todos, debemos anhelar la superación de la violencia y la criminalidad que tanto mal nos causa, debemos buscar como construir la paz y la armonía entre todos”
Expresaron que como Iglesia católica tienen un compromiso con el diálogo, la cultura del encuentro y la reconciliación. “Recordemos las palabras de Jesús: «Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los aceptará como sus hijos» (Mateo 5, 9)”.
Enfatizaron que no pueden dejar de reconocer el hecho histórico de tener por primera vez a una mujer al frente del Poder Ejecutivo reconociendo lo que de manera propia puede aportar la mujer a la sociedad.
“San Juan Pablo II, en su Carta a las Mujeres de 1995, enfatizó el ‘genio de la mujer’ y su contribución en todos los ámbitos de la vida, incluyendo la política y el liderazgo social, de tal forma que «la mayor presencia de la mujer en la sociedad se revela determinante para hacer visibles y superar ciertas formas unilaterales de ver el mundo», para construir una sociedad más inclusiva”.
Finalmente llamaron a todos los mexicanos a seguir orando por quienes asumirán la responsabilidad de gobernar, para que Dios les conceda sabiduría para promover la unidad, la justicia y el bien común, respetando el valor de cada persona en nuestra sociedad.