El obispo de Ciudad Juárez y responsable de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de México, monseñor José Guadalupe Torres Campos, manifiesta su preocupación ante las medidas políticas de migración que adaptará el Gobierno de los Estados Unidos.
Este pronunciamiento de la Iglesia se da luego que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciara el pasado martes 04 de junio, que su gobierno limitará el asilo a los migrantes irregulares que intenten entrar a este país, una medida que indica el cierre de la frontera sur con México cuando las cifras de llegadas excedan la capacidad de procesamiento en los puntos de entrada.
En una carta dirigida a los Gobiernos de Estados Unidos y México, el prelado expresa que reconoce el derecho que todo país tiene para gestionar y administrar sus fronteras, sin embargo, indica que «esto no debe ser pretexto para restringir el derecho que tienen las personas a solicitar asilo y protección internacional».
Brindar garantías a migrantes
Advierte además que, con estas medidas se deja a la discrecionalidad de los agentes migratorios de ese país el acceso a manifestar su deseo de solicitar asilo, sin permitir que se realice el debido proceso o un estudio de cada caso. Esto, asegura, abre las puertas para que se presenten deportaciones arbitrarias sin ningún tipo de garantía para solicitar asilo.
Sumado a ello, denuncia que el Gobierno de México continúa recibiendo a personas deportadas desde los Estados Unidos, sin tomar las medidas necesarias y colocando a los migrantes y refugiados en situación de vulnerabilidad, anotando que, actualmente no están dadas las condiciones que permitan garantizar el respeto al ejercicio de sus derechos humanos.
No actuar bajo presiones electorales o políticas
El prelado, expone que la atención a los migrantes no pueden guiarse bajo presiones de tiempos electorales o políticos, así como también agrega que la gestión de las fronteras debe «garantizar la migración ordenada, segura y regular, y no debe servir como pretexto para la militarización y arbitrariedades contra las personas en contexto de movilidad».
Su mensaje concluye haciendo un llamado a los Gobiernos de México y Estados Unidos para que antepongan los derechos humanos de las personas migrantes y con necesidad de protección internacional, donde se les respete el principio de no devolución a los solicitantes de asilo, garantizando la unidad familiar y el respeto a su dignidad.
Nota reproducida en ADN Celam