La Universidad Pontificia de México alertó que se realizaron “publicaciones inusuales” en sus redes sociales, promoviendo un supuesto método de análisis de personalidad basado en la llamada “numerología conductual”.
El 2 de mayo, la cuenta oficial de la Universidad Pontificia en la plataforma X (antes Twitter) compartió una publicación acompañada de un enlace que dirigía a un sitio web desconocido. Este post incluía una imagen que describía las características de las personas nacidas en ese día.
La así llamada “numerología conductual” es una pseudociencia que pretende predecir la personalidad de las personas y su destino mediante patrones numéricos. Esta creencia no tiene evidencia científica que respalde sus afirmaciones.
En respuesta al incidente en sus redes sociales, la Universidad Pontificia de México emitió un comunicado en el que se deslinda “por completo de tales publicaciones”.
Aclararon estar en “total desacuerdo con tal contenido y declaramos que no representa los valores de nuestra universidad”.
Asimismo, la Universidad Pontificia de México afirmó que están trabajando en identificar el “origen [de las publicaciones] para solucionarlo lo antes posible”. Mientras tanto, hizo un llamado a la comunidad católica a “no compartir tales publicaciones y evitar dar clic a los enlaces que aparecen en ellas”.
“Puede tratarse de una forma de vulnerar la seguridad de su información y dispositivos”, advirtió.
¿Qué dice la Iglesia Católica sobre la adivinación?
En su numeral 2115, el Catecismo de la Iglesia Católica rechaza todo tipo de prácticas y creencias asociadas a la adivinación, porque “la actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto”.
Del mismo modo, la Iglesia condena que se consulte a Satanás, a los demonios, muertos, médiums, horóscopos, astrología, quiromancia, visiones y otras formas de prácticas que busquen revelar el futuro.
El Papa Francisco también ha criticado este tipo de creencias, sobre todo entre quienes “se dicen cristianos”, al tiempo que “acuden a un adivino o adivina a que le lean la mano”.
“Eso es superstición, no es de Dios”, explicó el Santo Padre.
En otra ocasión, el sucesor de San Pedro recordó que el Señor “nos insta a no dejarnos engañar por los predicadores apocalípticos”.
“El que sigue a Jesús no hace caso a los profetas de desgracias, a la frivolidad de los horóscopos, a las predicciones que generan temores, distrayendo la atención de lo que sí importa”, dijo.