La Conferencia Episcopal de Ecuador a través de un comunicado rechazó este miércoles 14 de febrero, la sentencia de la Corte Constitucional, en la que despenaliza la eutanasia y expresó su profundo dolor frente a esta decisión.
«La Constitución y la ley deben estar al servicio de la salud y de la vida de todos los ecuatorianos, especialmente de las personas que sufren intensamente por causa de enfermedades castróficas, buscando todos los medios posibles para aliviarlas».
El pasado 07 de febrero la Corte Constitucional de Ecuador aprobó mediante sentencia 67-23-IN/24 dictada la despenalización de la eutanasia, en respuesta a la demanda presentada por Paola Roldán, mujer que padece de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa incurable. Este país se convierte en el 9.º en aprobar esta práctica.
Se promueve una cultura del descarte
El Episcopado a la vez que advirtió en su mensaje que esta es una sentencia ‘vaga’ en cuanto a sus supuestos alcances porque no es clara, también observó con preocupación que la ‘cultura del descarte’ se está convirtiendo para algunos jueces del país “en un nuevo integrante de nuestra realidad social”.
Y agregaron que, es una decisión que extralimita las facultades que tiene la corte y una intromisión inconstitucional en la función del Legislador. “Dar paso a la eutanasia sin exigir una ley de cuidados paliativos es una muestra más del cinismo de nuestras instituciones, y del fracaso social y político de quienes las dirigen”, expresaron.
Eutanasia sinónimo de muerte sin dolor y sin sufrimiento
Por otra parte, consideran que es ‘diabólico’ querer defender la vida dando a un homicidio un marco legal. Y denotaron que cualquier complicidad con la muerte la terminan siempre pagando los más débiles y vulnerables.
“La eutanasia no es un tema de libertad personal. La libertad del paciente, en condición altamente vulnerable, está fuertemente condicionada y afectada emocionalmente”.
La vida humana es sagrada
Indicaron que esta sentencia lleva a desconocer la dignidad de todas las personas, categorizándolas por grupos: los sanos, los incapacitados, los improductivos, los pobres que no pueden acceder a un mejor acompañamiento en el sufrimiento y esto -agregaron- “trae un efecto disuasivo, ya que genera una coacción sutil y una sensación de ser una ‘carga’, ya que el enfermo sabrá que hay una puerta de salida para evitar problemas a otros”.
Con el fin de afrontar esta realidad la Iglesia propuso a la sociedad alzar su voz frente a la decisión y exhortó a continuar con la tarea de aliviar y acompañar el sufrimiento de los que padecen enfermedades; además animó para que se promueva una ley de Cuidados Paliativos en el país.
La sentencia emitida este miércoles se considera todo un hito en Ecuador, que se convertiría en la práctica en el noveno país del mundo en despenalizar la muerte asistida para pacientes en circunstancias extremas.
Nota reproducida en ADN Celam