En medio de la oscuridad que envuelve a la ciudad de Puerto Príncipe, el padre Massimo Miraglio, único misionero camiliano italiano en Haití desde hace 18 años, se presenta como testigo de una situación devastadora en el sistema sanitario del país caribeño. En conversación con la Agencia Fides, el padre Massimo describe la crítica realidad que enfrenta la población haitiana, marcada por disturbios, violencia y la falta aguda de recursos médicos.
Emergencia sanitaria
Según el misionero, la condición sanitaria en la isla es preocupante, con la mayoría de los hospitales, centros de salud y clínicas cerradas. «En estos momentos, el sistema sanitario de la isla se encuentra en una situación verdaderamente desastrosa, tanto en la capital como en las ciudades de provincia; casi todos los hospitales, centros de salud y clínicas están cerrados a causa de los disturbios y la falta de equipos médicos», relata el padre Massimo.
Las áreas más afectadas son las zonas más pobres, donde las tensiones y la violencia alcanzan niveles alarmantes. La falta de acceso a la atención médica básica agrava problemas como la malnutrición, afectando especialmente a los grupos más vulnerables, como niños y ancianos. “Por desgracia, muchos hospitales han tirado la toalla, están cerrando y el personal intenta por todos los medios abandonar el país; en resumen, la situación es extremadamente grave», agrega el misionero.
Esperanza en medio del caos
En este sombrío panorama, destaca un pequeño rayo de esperanza: el hospital Foyer Saint-Camille en la zona de La Plaine. A pesar de las dificultades y amenazas, este hospital, dirigido por religiosos camilos haitianos, continúa brindando atención médica a la población, especialmente a los más débiles. «A pesar de las dificultades, los problemas, la presión, a pesar de las amenazas, el hospital siempre ha permanecido abierto«, resalta el padre Massimo.
El misionero también expone la difícil situación en Pourcine, una región montañosa donde actualmente ejerce como párroco. La falta de infraestructuras, personal médico calificado y el difícil acceso a atención médica básica convierten a esta zona en una de las más necesitadas. «Es un lugar muy remoto en la montaña, y de muy difícil acceso. Desde Jérémie, para llegar a Pourcine, cerca del Pic Macaya, la segunda montaña más alta del país, con 2.400 metros, se necesitan al menos siete u ocho horas de viaje, si tenemos suerte, o incluso más», añade.
Compromiso en acción
El compromiso del padre Massimo en Jérémie se refleja no solo en su servicio médico sino también en la distribución gratuita de medicamentos procedentes de Italia. La Jornada Mundial del Enfermo y la Jornada de Recogida de Medicamentos desempeñan un papel crucial al proporcionar medicamentos de calidad para apoyar las actividades de ayuda a la población. “Desde hace muchos años, como Camilo que ha elegido estar cerca de los enfermos y de los pobres, dirijo un servicio en el que distribuyo gratuitamente medicamentos procedentes de Italia», comparte el padre Massimo.
Finalmente, el llamado del padre Massimo a no subestimar el impacto positivo de estas iniciativas, que brindan esperanza y apoyo a aquellos que luchan en medio de la adversidad, afirmando que “jornadas y actividades como estas promovidas por el Banco Farmacéutico son muy importantes porque ayudan a llevar esperanza y a apoyar los esfuerzos de todos aquellos que, a pesar de todo, no quieren rendirse ante esta situación sino que desean luchar, esforzarse para volver a la luz, para volver a vivir de forma normal, para volver a iniciar sus actividades».
Nota reproducida en ADN Celam