Ha finalizado la 81.ª Asamblea anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), que se realizó en Guatemala del 27 al 30 de noviembre. En su mensaje de cierre ha pedido atender el drama de la migración, que “constituye un grito no suficientemente escuchado”.
Han denunciado que el fenómeno de la migración va en aumento con “caravanas de jóvenes” que en sus países no encuentran las oportunidades de bienestar y desarrollo, por cuanto exponen su vida en su tránsito.
Lo peor de todo es que son criminalizados en centros de detención y “en la incerteza de su futuro, ellos son héroes de la economía de nuestros países con los envíos de las remesas ganadas en ambientes de subempleo privaciones”.
Agradecieron –y destacaron – el servicio de la Pastoral de la Movilidad Humana de nuestras Iglesias a través de redes eclesiales como Clamor, Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam) y el Observatorio socio-pastoral de movilidad humana de Mesoamérica y el Caribe (Osmeca).
Labor eclesial que contrasta “con la ineficacia de los programas gubernamentales, totalmente condicionados por las políticas que los países definen al migrante como un peligro a su seguridad”.
Pobreza, crisis democrática y de valores
Los prelados también han denunciado el debilitamiento de la democracia mediante gobiernos que asumen nuevas formas de dictadura que “hacen de la ley instrumento de limitación de la justicia” causando tensiones sociales, por ende, una espiral de violencia.
Además les preocupa la forma como la ideología de género está creando una visión sesgada de “la naturaleza y de la vida humana” con propuestas culturales y hasta legales, que atentan contra la niñez y la juventud. “La dictadura del pensamiento único” que dista mucho del Plan de Dios “muchas veces propuestas por los medios de educación”.
Han lamentado que los efectos de la pandemia y de guerras en otras partes del mundo acrecentaron los niveles de pobreza en la región, con esta, la calidad de vida y de los servicios de salud.
En medio de todo ello, invitan a vivir la esperanza en este tiempo de adviento, porque “el bien vence al mal” sobre todo poniendo la mirada en los más pobres.
Nota reproducida en ADN Celam