Líderes sirio-católicos dijeron a un miembro del gobierno italiano que las sanciones económicas contra Siria están aplastando a la comunidad cristiana del país y deben relajarse.
El arzobispo de Homs (oeste de Siria), Jacques Mourad, afirmó que el embargo impuesto por los países occidentales afecta negativamente a la población en general y a los cristianos en particular, mientras que no tiene ningún efecto sobre el gobierno, su objetivo previsto.
El arzobispo -que pasó cinco meses cautivo del grupo islamista Daesh (ISIS)- dijo a Alfredo Mantovano, subsecretario de Estado italiano de la Presidencia del Consejo de Ministros, que la dificultad de transferir fondos e importar bienes a Siria hace casi imposible la ayuda humanitaria.
En la reunión del lunes 24 de julio, representantes de la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) subrayaron que, aunque oficialmente las sanciones hacen una excepción para la ayuda humanitaria, en la práctica esto no siempre funciona porque las transferencias bancarias a Siria están bloqueadas.
Añadieron que las instituciones eclesiásticas que prestan un apoyo esencial a las comunidades necesitadas tienen dificultades para acceder a una financiación vital.
El arzobispo de Alepo (noroeste de Siria), Mons. Antoine Chahda, subrayó la extrema pobreza, destacando que a la gente corriente de Alepo, y de otras partes de Siria, le resulta imposible pagar necesidades básicas como la electricidad, los alimentos y los medicamentos.
El obispo Rami Al-Kabalan de Aretusa, en el oeste de Siria, subrayó las dificultades para mantener el sistema educativo católico, mientras que muchas escuelas han sido nacionalizadas o cerradas, lo que afecta negativamente no sólo al aprendizaje, sino también al diálogo interreligioso, que es clave para prevenir la radicalización.
Los representantes de AIN señalaron que la población cristiana de Siria ha disminuido de dos millones -alrededor del 10% de la población- a 300-500.000 durante el conflicto armado, que dura ya más de una década.
Mantovano afirmó que las sanciones no deben obstaculizar la ayuda humanitaria y que el gobierno italiano debatirá este problema con sus aliados, especialmente en el seno de la Unión Europea.
Añadió que el gobierno estudiará cambios en el actual sistema de sanciones, lo que podría ayudar a devolver la esperanza a una población cansada de la guerra.
En 2021, el Papa Francisco habló de la crisis humanitaria a la que se enfrenta Siria y destacó cómo a menudo se ve agravada por las sanciones occidentales.
En su discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa dijo: «Aunque comprende las razones de la imposición de sanciones, la Santa Sede no las considera eficaces y espera que se suavicen, entre otras cosas para mejorar el flujo de ayuda humanitaria, especialmente de medicamentos y material sanitario.»
Nota reproducida en Zenit